domingo, 4 de marzo de 2012

Ignacio Bosque y el sexismo lingüístico

Hace unos días los telediarios se hacían eco de un "cambio histórico en la lengua francesa". El tal cambio no era sino la eliminación de la distinción mademoiselle de los formularios de la administración pública francesa. A partir de ahora, al menos en los organismos oficiales galos (que no en el resto de oficinas, empresas e instituciones privadas) no se etiquetará a las mujeres según su estado civil, igual que no se hace con los hombres.
Pues son estos usos del lenguaje los que deberían preocuparnos, los que deberían soliviantar a las feministas, y no el carácter inclusivo del género masculino, como ya he comentado en otra entrada (ver etiqueta "género o sexo?").
Ignacio Bosque, experto en gramática descriptiva y normativa de la lengua española, y uno de los grandes lingüistas vivos, denuncia hoy en El País las numerosas publicaciones (guías, se autodenominan) que proponen opciones no sexistas al uso genérico del masculino. Lo hace destapando una a una las incongruencias de muchas de las propuestas, intentos inútiles de forzar entre la población la adopción de expresiones y estructuras artificiosas, ajenas al lenguaje común de los hispanohablantes.
El artículo es de una lógica aplastante. Dice Bosque: "llama la atención el que sean tantas las personas que creen que los significados de las palabras se deciden en asambleas de notables, y que se negocian y se promulgan como las leyes. Parecen pensar que el sistema lingüístico es una especie de código civil o de la circulación: cada norma tiene su fecha; cada ley se revisa, se negocia o se enmienda en determinada ocasión, sea la elección del indicativo o del subjuntivo, la posición del adjetivo, la concordancia de tiempos o la acepción cuarta de este verbo o aquel sustantivo. Nadie niega que la lengua refleje, especialmente en su léxico, distinciones de naturaleza social, pero es muy discutible que la evolución de su estructura morfológica y sintáctica dependa de la decisión consciente de los hablantes o que se pueda controlar con normas de política lingüística".
Sólo espero que lo hayan leído todos los autores de dichas guías y todas las feministas que confunden el machismo con el género masculino.
Ya era hora que un medio le pidiera a algún lingüista su opinión...Y vaya si la ha dado.


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